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Consultas Histal en Sevilla | Sociedad Andaluza para el Estudio de Intolerancias Alimentarias (SAEIA) | Laboratorio Lab-Sur |
Los profesionales del Grupo Histal que llevamos tantos años estudiando la patología alimentaria hemos asistido atónitos, en los últimos años, a la aparición de todo un maremágnum de estudios de "intolerancia alimentaria" e información confusa al respecto que, desde nuestro punto de vista y nuestra experiencia, poco tienen que ver con la compleja realidad de esta patología.
La idea que muchas personas tienen de que «me hago un test de intolerancia alimentaria, no tomo los alimentos positivos y mi problema desaparece» ofrece una visión errónea y muy sesgada del problema. Desgraciadamente, una histaminosis alimentaria suele ser una patología sumamente compleja, en la que se imbrican multitud de factores que pueden convertirse en causa de descompensación, y que por tanto hay que controlar. A su vez, las dietas terapéuticas requieren una gran profesionalidad, tanto en la instauración como en el seguimiento, así como en la reintroducción de los alimentos. Es realmente difícil para un enfermo seguir estos pasos sin estar debidamente asesorado.
La histaminosis alimentaria no alérgica (HANA), además de ocasionar en
el paciente
una gran variedad de síntomas, concomita en muchas ocasiones con otras
patologías y problemas que tienen otras causas, pero que influyen negativamente en el proceso
y en su evolución. Por ello, en Grupo Histal sabemos de la necesidad de incorporar
equipos multidisciplinarios especializados en
distintos campos dentro del proceso general de la histaminosis.
Cuando un enfermo debuta con un diagnóstico de histaminosis alimentaria, generalmente tiene marcadas unas expectativas de evolución para los seis primeros meses, pero, para hacerlas realidad, se requiere que durante ese tiempo el enfermo siga una importante disciplina, y reciba una minuciosa atención de los profesionales que le tratan. Si ambas cosas no se cumplen, el manejo de la enfermedad puede complicarse, o al menos hacerse más laborioso.
El enfermo ha de tener en cuenta que la mayoría de los síntomas son reversibles y que al final, con un buen manejo terapéutico y mucho cuidado, podrá volver a reintroducir en su dieta aquellos alimentos que le fueron retirados.
En el Grupo Histal somos conscientes de que el seguimiento de una dieta terapéutica supone un gran sacrificio para el enfermo. Todo nuestro equipo está a disposición del paciente para facilitarle las cosas y ayudarle, pero la voluntad del enfermo es insustituible y fundamental en el éxito del proceso. Por ello, entendemos que se trata de una enfermedad donde hay que apoyar al enfermo muy directamente y a todos los niveles.
En un principio, cualquier alimento puede ocasionar una histaminosis, pero, según nuestra experiencia, son los alimentos que consumimos con más frecuencia en nuestra dieta los que suelen ser el origen del problema.
Los alimentos, que son fuente de vida y placer, pueden convertirse en algunas personas en la causa por la que pierden la salud. Esto ocurre cuando se producen las reacciones adversas a los alimentos, más comúnmente conocidas (aunque de manera imprecisa) como intolerancias alimentarías.
Como ya hemos dicho anteriormente, hablar de intolerancias alimentarias es tan general que casi no es hablar de nada. Hemos de saber con un mínimo de precisión cuál es el mecanismo de esa reacción adversa. Vamos a comentar los más divulgados, que no por eso son los más importantes:
En los casos de histaminosis endógenas, la histamina proviene de las células del propio individuo y es liberada en respuesta al consumo de un alimento por diferentes mecanismos. Fundamentalmente contemplamos la reacción alérgica y la histaminosis no alérgica. La reacción alérgica se produce de una forma casi inmediata tras la toma del alimento y suele ser aguda. Su gravedad varía desde la urticaria leve hasta causar la muerte instantánea del paciente.
El otro mecanismo de liberación endógena de histamina, la histaminosis alimentaria no alérgica (HANA), representa el problema alimentario más frecuente, estimándose que pudiera afectar aproximadamente al cuarenta por ciento de la población. Se caracteriza por ser una reacción silente, es decir, los afectados no pierden la salud inmediatamente, pero van entrado en un deterioro progresivo de la misma que va mermando su calidad de vida. Suelen aparecer muchos síntomas, aunque alguno de ellos sea el que predomine y preocupe más al enfermo. Produce enfermedades crónicas como: cefaleas, fatiga muscular crónica, síntomas fibromiálgicos, deshidrataciones de discos intervertebrales, hinchazón, dolores articulares, sequedad de boca o babeo nocturno, así como muchos otros síntomas que acaban produciendo un deterioro paulatino de la calidad de vida de los pacientes.
Todos estos mecanismos histamínicos que hemos descrito pueden coexistir a la vez en un mismo enfermo y, cuando eso ocurre, suele requerir de un seguimiento más estrecho y de un control terapéutico más profundo.
Desde el año 2008, hemos estado trabajando en la relación de la histaminosis alimentaria no alérgica (HANA) con los problemas de fertilidad femenina, encontrando que puede ser causa de abortos de repetición y endometriosis. Aunque habrá que continuar trabajando en este sentido, los resultados preliminares obtenidos en el primer grupo de pacientes estudiadas en Sevilla son bastante esperanzadores.
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